La piel está compuesta de 3 capas. La Epidermis (capa superior, donde actúan en su mayoría los cosméticos), la Dermis y la Hipodermis.
La capa más externa de la piel, la parte superior de la EPIDERMIS, se conoce como capa córnea. Se compone de células cutáneas muertas que son fundamentales para la función BARRERA de la piel. Pero ¿qué significa “Función Barrera“?
La piel es la capa que nos recubre y nos protege del exterior, por lo tanto, actúa como una barrera.
La piel es capaz de controlar la temperatura corporal y la humedad y nos protege de los rayos ultravioletas. También, nos avisa del dolor y del peligro, es una barrera contra los golpes.
Además, impide el acceso a nuestro cuerpo de bacterias y virus. Pero no solo nos protege de los agentes externos, también es fundamental para evitar que perdamos lo que llevamos dentro, especialmente el agua.
La epidermis, para hacer bien su trabajo de defensa y manutención de humedad, debe estar equilibrada. ¿Qué significa esto? Que si esa barrera natural se encuentra “quebrada o debilitada“ no solo pueden ingresar hongos y bacterias que no queremos (por ej. el Propionibacterium acnes) sino que además perderemos la hidratación natural de la piel, el agua transepidérmica. Por ello, es muy frecuente observar pieles deshidratadas y con acné, porque justamente su barrera hidrolipídica se encuentra desestabilizadla y por allí entran y salen “cosas“ que no queremos.
¿Cuáles son los hábitos que pueden desequilibrar nuestra función barrera?
- Déficit una adecuada limpieza: por ejemplo, no enjuagar los productos de limpieza, no realizar una adecuada limpieza diaria, o utilizar productos que no son los adecuados para nuestra piel.
- Exceso de limpieza: no solo el déficit sino también el exceso de limpieza afecta a nuestra piel, por ejemplo utilizando «cepillos« o «esponjas« que son demasiado agresivos para la piel de manera diaria, o también exfoliantes físicos no adecuados (o utilizar los adecuados pero demasiadas veces por semana).
- Medicamentos: muchos medicamentos que ingerimos también pueden desequilibrar el manto ácido de la piel.
- Cambios bruscos de temperatura: los cambios de estación afectan a nuestra piel, por ello es ideal adaptar nuestras rutinas.
- Alimentación: una mala alimentación, con falta de nutrientes y excesos de azúcares, harinas refinadas y químicos, afecta a nuestra piel.
- No usar protección solar: agredir nuestra piel con una exposición solar inadecuada, activa el sistema de alerta de nuestra piel y pone a las células todas a trabajar en la función de protección, dejando de lado otras funciones tales como mantenimiento de la hidratación.
¿Cómo podemos ayudar a restablecer el equilibrio de nuestra función barrera?
- Usar protector solar a diario
- Elegir cosméticos adecuados: jabones de limpieza respetuosos con la piel, no abusar de la exfoliación física (por favor, no utilizar cepillos de limpieza a diario), pero tampoco olvidarse de la exfoliación (los exfoliantes químicos y/o enzimáticos son los más gentiles con la piel).
- Incorporar cosméticos con probióticos y prebióticos que ayuden a reforzar nuestra microbiota.
- Incorporar cosméticos que contengan agentes emolientes como panthenol, aceites beneficiosos como el colesterol, ceramidas, etc.
- Mejorar nuestra alimentación
- Hacer ejercicio
- Ser feliz…no nos olvidemos que estamos aca para disfrutar!
Son varios los consejos y cada uno dependerá de tus hábitos, tu tipo de piel, tu realidad, etc. Pero lo importante es que cuides tu piel y la protejas, porque ella hace lo mismo con vos desde el día de tu concepción. No la descuides, es la única que tenés!