¿Por qué puede estar fallando la retención de agua en nuestra piel?
Pueden ser varios y variados motivos:
1- Por genética: las pieles tirando a secas, generalmente son más finas y retienen menos agua.
2- Por exceso de limpieza: cuando abusamos de los limpiadores, de los exfoliantes mecánicos o cuando simplemente limpiamos nuestra piel con tanta “fuerza“ como si la odiáramos, estamos rompiendo la barrera cutánea y nuestra piel tiene menos capacidad de retención de agua y por eso se deshidrata.
3- Por utilizar limpiadores de mala calidad, o que no son los indicados para nuestra piel: los limpiadores con surfactantes muy agresivos o astringentes, pueden sensibilizar y alterar nuestra barrera cutánea.
4- Porque tenemos la piel oleosa y queremos “quitar“ todo ese óleo de una vez por todas: las pieles oleosas generalmente están deshidratadas. Es tanta la “carrera contra la grasa“ que deslipidizamos la piel y ésta luce opaca, con los poros muy marcados.
5- Por el clima donde vivimos: no es lo mismo vivir cerca de un desierto que a la orilla de un río.
6- Por falta de una rutina acorde a nuestro tipo de piel: tanto en pieles secas como oleosas, es necesaria la aplicación vía tópica de humectantes e hidratantes, que ayuden a la piel a mantener su hidratación natural y a ocluir los productos utilizados, sobre todo a medida que vamos creciendo. Cuando somos niños, la piel es capaz de regular este mecanismo por sí misma, pero a medida que envejecemos este proceso se torna mucho más lento.